Por Cecilia García Robles
¿Qué relación hay entre las emociones, el árbol genealógico, las enfermedades y la carta natal? Estos nexos son los que intentaremos explicar en este artículo. Con tal fin, empezaremos hablando de qué es la biodecodificación y cómo podemos potenciar su terapéutica a través de la astrología.
Qué es la biodecodificación
La biodecodificación es un método creado a fines del siglo XX con la intención de comprender y sanar los conflictos emocionales que se hallan detrás de los síntomas. Parte de la premisa de que la enfermedad no es algo a erradicar, ni un error de la naturaleza, sino, por el contrario, es la solución que nos regala el cuerpo cuando no hemos podido resolver un conflicto por otros medios. Los descubrimientos realizados en este campo lograron comprobar que detrás de cualquier síntoma, desequilibrio o malestar (sea de índole física, mental o vincular) hay un sentido, una intención positiva, aunque a simple vista sea difícil de dilucidar. Su objetivo principal es decodificar el mensaje del cuerpo y encontrar maneras más sanas de tramitar las emociones bloqueadas.
Esta disciplina nace en la década de los 80 de los desarrollos de un médico oncólogo alemán llamado Ryke Hamer, quien comienza a investigar el vínculo entre el cuerpo, el cerebro y las emociones a raíz de un drama personal que vivió cuando mataron por accidente a su hijo Dirk de tan sólo 19 años. A raíz de este hecho trágico, él enferma de cáncer de testículo, mientras que su esposa desarrolla un cáncer de mama. Como médico oncólogo e investigador, Hamer cree que su enfermedad y la de su esposa no pueden ser una mera coincidencia, y se dedica a indagar si en sus pacientes hubo situaciones de índole similar poco antes de su diagnóstico. Para su sorpresa, en casi el 100% de los casos existen coincidencias.
Por medio de escáneres cerebrales, Hamer encontró unos anillos concéntricos, a los que llamó “Focos de Hamer”, en la zona del cerebro que se correspondía con el órgano afectado, y descubrió una correlación entre las enfermedades y conflictos de índole psicológica, creando un nexo entre el cerebro, las emociones y el cuerpo.
Con estas observaciones, Hamer descubrió que las enfermedades se desencadenan por situaciones traumáticas, eventos que desestabilizan y peligran las bases emocionales. Según esta teoría, los síntomas físicos serían la solución que encuentra la biología a un conflicto emocional que el sujeto no puede resolver. Estos shocks tienen la características de ser situaciones que la persona vivió repentinamente, en soledad y que no pudo solucionar, dejando al sujeto en un estado de desvalimiento. En lenguaje astrológico, podríamos equipararlo con los tránsitos de planetas transpersonales.
Un tiempo después, otros especialistas de la salud continuaron ampliando sus descubrimientos y enriqueciendo el campo de la medicina germánica, acuñaron el nombre de “biodecodificación” y le sumaron el estudio del árbol genealógico y desarrollos de otras disciplinas como la psicogenealogía, la programación neurolingüística, la hipnosis ericksoniana o conceptos como el síndrome del yaciente, los ciclos biológicos memorizados y el proyecto sentido gestacional. Entre estos profesionales, debemos mencionar a Christian Flèche, Mark Frechet, Claude Sabbah, Salomon Sellam y Enric Corbera.
Programación inconsciente
Desarrollos como los de Bruce Lipton en su libro Biología de la creencia nos han legado conceptos clave como los de programas inconscientes de supervivencia que nos permiten entender por qué una persona tiene una determinada predisposición a enfermar ante un evento traumático o desestabilizante.
Según los últimos estudios que se basan en descubrimientos en el campo de la epigenética, los seres humanos cargamos con programas de nuestros padres y antepasados, es decir, predisposiciones a responder con un set aprendido y heredado de respuestas ante un conflicto, que fueron estrategias útiles para la supervivencia de la especie y de nuestros ancestros. Estos programas se componen de creencias, predisposiciones, patrones de conducta, mandatos, como paquetes de información que fueron útiles en el pasado. Algunos de estos programas están latentes en nuestra vida y se activan ante eventos estresantes para ayudarnos a resolver el conflicto. Para poner un ejemplo: si un abuelo perdió todos sus ahorros y a raíz de esto enfermó y murió, para el inconsciente familiar el dinero es peligroso. Esto nos puede predisponer a autoboicotear, inconscientemente, cualquier posibilidad de éxito en los negocios o en la profesión con tal de evitar correr una suerte similar.
Estos programas inconscientes se instalan en tres momentos importantes:
- Durante la vida del sujeto, especialmente en la infancia
- Durante el embarazo o gestación
- En el árbol genealógico
Cuatro necesidades fundamentales (y sus conflictos secundarios)
Desde el paradigma de la medicina germánica y la biodescodificación, se han hallado cuatro necesidades fundamentales que deben ser cubiertas para evitar enfermar:
- La supervivencia. Un conflicto principal ocurre cuando la persona siente que su vida puede correr riesgo; por eso algunos de los conflictos que se desprenden de allí surgen cuando la persona siente que no puede atrapar el bocado (entendido como aquello necesario para la vida), o no puede mantenerlo. Cuando se siente que corre riesgo la supervivencia, pueden aparecer problemas digestivos, en el aparato reproductor o respiratorio.
- La protección. Además de sobrevivir, necesitamos sentirnos protegidos y seguros. De allí se deriva el miedo a ser agredidos o que corra riesgo la cría, y puede afectar a tejidos que protegen otros órganos como la dermis o la pleura.
- El movimiento. Para poder sobrevivir necesitamos poder desplazarnos, cazar, buscar alimento, migrar y relacionarnos con otros. Algunos conflictos relacionados con esta necesidad son el sentimiento de no ser aptos, no poder desplazarnos o carecer de suficiente estructura, que afectarán al sistema osteomuscular.
- Las relaciones. Para sobrevivir necesitamos poder convivir en sociedad, establecer vínculos con otros. Cuando nos abrimos a los demás podemos sentir amenazas, miedo a la pérdida, conflictos de identidad, de territorio, de separación o de contacto, y esto afecta al sistema nervioso, los sentidos y la piel.
La amenaza que experimenta el sujeto no necesariamente tiene que ser real, ya que hay conflictos que pueden ser imaginarios (fantaseados, temidos) o simbólicos (metafóricos) y operan con la misma fuerza que si fueran peligros reales.
Qué aporta la astrología
Hasta aquí hemos desarrollado algunas nociones básicas de lo que actualmente conocemos como biodecodificación. Esta es una disciplina completa en sí misma y que sigue incorporando técnicas, herramientas y conceptos de otros campos. Sin embargo, en los últimos años, varios astrólogos que nos hemos formado en biodecodificación y transgeneracional hemos tejido puentes para unir estas dos herramientas.
Actualmente no hay un referente en esta disciplina ni literatura escrita al respecto1. Es por esto que en los últimos años me dediqué a investigar con cientos de casos qué información nos puede aportar la carta natal y cuáles de todas las líneas vigentes pueden llegar a ser más útiles para tener un panorama más amplio que nos ayude a comprender mejor los factores constitucionales y coyunturales detrás de las enfermedades y los síntomas de los consultantes. Para eso es necesario enfocar la lectura astrológica en los factores psicoemocionales que pueden predisponer a alguien a interpretar un evento como un peligro de supervivencia, una falta de protección, etc. Esto dependerá de su estructura energética. Me he enfocado en sistematizar cómo, a través de la preponderancia de elementos y los emplazamientos astrológicos, hay una predisposición a repetir cierto tipo de emociones, o a tener determinado tipo de creencias. Por ejemplo, las personas con mucho Fuego en la carta natal o con un Marte fuerte (aspectando a las luminarias) son tendientes a reaccionar con ira, enojos, frustración e impotencia ante las situaciones. Son más territoriales y esto puede predisponerlos a un determinado tipo de enfermedades, como las cardíacas.
Para poder desarrollar un abordaje pautado y sistematizado, elegí enfocarme en ciertas líneas de la astrología que me resultaron más útiles para el abordaje de la biodecodificación astrológica ©:
- La astromedicina, especialmente la correlación entre las partes del cuerpo y los planetas y signos. Aunque no siempre encontramos coincidencias exactas, nos permite establecer las bases fundamentales que en muchos casos orientan la lectura astrológica.
- La astrología psicológica, que permite comprender cuáles son las tendencias y predisposiciones del sujeto, especialmente desde una vertiente que considera los factores inconscientes. Esta rama nos permite entender las motivaciones, intereses, necesidades y mecanismos defensivos inconscientes que ejecutan los sujetos. Nos muestra cómo la persona reacciona ante los conflictos, su predisposición a luchar o huir de las situaciones, sus creencias fundamentales sobre el mundo y cómo se defiende cuando se siente amenazado, conocimiento indispensable para comprender mejor el factor constitucional predisponente a la enfermedad.
- La astrogenealogía, que nos aporta la dimensión sistémica de la carta natal, comprendiendo cuales son las vivencias de nuestros antepasados que más afectan e influencian a la persona y pueden producir programas inconscientes transgeneracionales.
- Y dentro de estos desarrollos, los tránsitos planetarios y otras técnicas temporales desde un abordaje de la astrología transpersonal aportan muchísima información sobre el momento en el que aparece la enfermedad para comprender el aprendizaje que ese sujeto debe realizar para su evolución.
Aunque siempre se interpreta toda la carta natal, algunos de los indicadores con los que más trabajo a la hora de trabajar con esta mirada son:
- La Luna: mis estudios y desarrollos me llevaron a concluir que los programas inconscientes anteriormente mencionados que han servido como herramienta para la supervivencia de la especie y de la familia se almacenan en la Luna, la guardiana de la memoria familiar. La Luna establece ciclos, patrones de repetición de pautas aprendidas. Por eso es responsable de los hábitos, recuerdos y aprendizajes, conscientes e inconscientes. Es nuestro almacén psíquico, donde se encuentran las respuestas automáticas, instintivas y defensivas para hacer frente a posibles peligros o desafíos. Así como, en términos psicológicos, asociamos la Luna al refugio emocional, por asociación a los recuerdos infantiles asociados a los cuidados y protección, desde una mirada sistémica podríamos también suponer que las experiencias vividas por la madre en la vida intrauterina y en el árbol dejan una huella que se puede rastrear en el emplazamiento astrológico de la Luna como factor principal. Será fundamental especialmente para conflictos de supervivencia, protección y contacto.
- Marte, que nos ayuda a comprender cómo es la persona cuando se enoja, cuando siente que su territorio está siendo traspasado, y nos muestra cómo aprendió a poner límites. También habla de enojos en la familia y cómo han luchado para sobrevivir. Marte será el planeta al que acuda cuando la persona se sienta insegura, fundamental para los conflictos de seguridad, protección y territorio.
- Venus será útil cuando los conflictos emocionales estén ligados a temas de desvalorización y autoestima, como los conflictos de movimiento y estructura.
- El Sol nos hablará de cómo ha estructurado el sujeto su autoimagen y su sentido del yo y participa en los conflictos de territorio, valoración e identidad.
Desde este paradigma, debemos hacer una relectura de los símbolos astrológicos para enfocarnos en los conflictos emocionales que pudieran aparecer en el sujeto y, desde la mirada sistémica, en el árbol.
Mostraré un caso clínico para ilustrar los aportes de la astrología a esta disciplina. La siguiente carta natal pertenece a una mujer que sufre de endometriosis, un trastorno ginecológico que se caracteriza por el crecimiento de mucosa uterina (endometrio) por fuera del útero. El sentido biológico detrás de la migración del endometrio sería poder dar vida fuera del útero, ya que para el inconsciente biológico, el útero (el hogar, la Luna) no es un lugar seguro para concebir vida. Podría indicar que el hogar está en otro lugar, por fuera del ambiente conocido. Suele asociarse a memorias de abortos, muertes de bebés, abandono de niños, muertes de madres durante el parto o conflictos con la maternidad. Por lo tanto, nuestro foco estará puesto en comprender cómo fue la infancia de la persona, si sintió que su hogar era un lugar seguro, si su madre tuvo un buen embarazo, y cómo fue la maternidad en el árbol.
En el ejemplo, la enfermedad aparece cuando ella se va a vivir con su pareja a los 22 años. Hacía poco había migrado a otro país y él la siguió, pero ella no sentía que fuera la persona adecuada para tener familia. El conflicto podría traducirse como: “ya tengo la edad, la independencia y la pareja para ser madre, pero no quiero hacerlo aquí o con esta persona, no me siento segura”. La temática de pareja fue siempre un conflicto para esta persona ya que nunca pudo tener parejas con quienes se sintiera segura como para conformar una familia. Este es el conflicto desencadenante, el que hace detonar la enfermedad, además de que el hogar estaba en el extranjero, lejos de su tierra. Su Luna en casa IX muestra cómo el hogar se siente lejano, en otras tierras, y su Venus en Aries muestra la dificultad para poder confiar y entregarse en el vínculo de pareja. Además, tanto la Luna como Venus (representantes de la maternidad y la pareja) están en conjunción a Quirón, mostrando una herida profunda en lo vincular, y participando de una T cuadrada con Saturno y Urano, lo que indica la tendencia de las mujeres de la familia de asumir toda la carga solas, y el miedo a la incertidumbre por eventos impredecibles que vivieron. Esta persona aprendió que debe hacer todo por sí sola y no debe confiar para no ser lastimada o defraudada.
Como conflictos programantes (los que dejan una semilla o predisposición) encontramos una infancia marcada por peleas constantes en el hogar, padres inmaduros, un padre ausente, alcohólico y depresivo, problemas económicos y violencia intrafamiliar. Toda su infancia fue marcada por un gran sufrimiento y tuvo que hacerse cargo de sus hermanos, ya que ella era la mayor y se esperaba que fuera juiciosa y que no trajera problemas. Esto se puede observar por ese Saturno angular en el Ascendente y en cuadratura con su Luna. Podemos comprender cómo ella vino a poner estructura y orden en la familia. Es una carta con mucho Fuego, lo cual indica que en su familia hubo problemas de violencia, enojos, frustración, impulsividad, soledad e individualismo.
El embarazo de su madre no fue mucho mejor. Eran una pareja muy joven y no fue un embarazo buscado. Había perdido un bebé antes que ella, y su madre sufrió agresiones por parte de su padre. Esperaban tener un hijo varón para que transmitiera el apellido y fue una gran decepción para su padre que ella naciera mujer. Su madre tuvo que dejar sus estudios para poder cuidarla. Se sentía sola, atada, frustrada, rabiosa, y lo expresaba con violencia hacia sus hijos: golpes, maltratos, humillación, como podemos observar por esa Venus en Aries en conjunción a Quirón en la casa IX, de los estudios superiores. A los 8 meses de embarazo estaba cansada de cargar con la panza y se hizo baños de vapor para adelantar el parto. Aquí podemos ver conflictos que se instalan en la fase del proyecto sentido en relación con el embarazo y la maternidad: esta quita la libertad, trae sufrimiento y frustración. Además, la energía de Aries y el Fuego no tolera los procesos y quiere todo rápido, problema que también padece la portadora de la carta. Volvemos a mencionar como factor clave a su Luna en aspecto tenso con Quirón, Saturno y Urano, mostrando el dolor, la restricción y la necesidad de liberación de su madre. La combinación Luna – Urano muchas veces puede hablar de cortes abruptos, inexplicables y disruptivos en el embarazo y en el vínculo materno-filial.
Al ir al árbol genealógico, encontramos que su abuelo materno abandonó a su esposa e hijos cuando su madre tenía tan sólo un mes para casarse con una mujer con más dinero. Ellos quedaron sin hogar, lo que para el inconsciente es sinónimo de útero y ambos, casa y útero, están simbolizados en astrología a través de la Luna. Su abuela materna se volvió resentida y violenta con sus hijos como se puede observar en la energía de Fuego, en ese Saturno en Leo cuadrando a la Luna y ese Stellium entre la Luna, Quirón y Venus. Su padre, por otro lado, fue enviado a un internado para no presenciar los maltratos que ejercía su propio padre hacia su madre y allí sufrió abusos sexuales de mano de los curas. Sólo veía a sus padres durante las vacaciones y cuando lo hacía, su padre lo rechazaba y descalificaba. Nuevamente, encontramos un nido poco seguro, soledad, abandono de niños y hogar, ausencia de padres. Ser enviado lejos, a un internado, puede verse también con la Luna en IX. Al subir por su árbol, descubrimos que su abuelo paterno fue abandonado por sus padres y criado por una de sus hermanas y murió joven, dejando a sus hijos pequeños y a otra familia que tenía en paralelo. Su abuela materna presenció la muerte de su padre y quedó desamparada. Esto hizo que se aferre mucho a su madre durante toda su vida, lo que la transformó en una madre aniñada y dependiente emocionalmente de sus hijos. Podemos observar historias de abandono, soledad, muerte trágica, dolor y violencia asociadas a la maternidad y el cuidado de los niños, visibles por esa Luna y esos aspectos con Quirón, Urano y Saturno.
Ella sostiene que en su árbol los hombres no ejercen como padres, ya que abandonan a sus hijos, son violentos, alcohólicos, ausentes y mujeriegos. El Sol representa a los padres del árbol y Aries es una energía individualista. Saturno en Leo entre la casa XII y I habla de esos conflictos heredados con la autoridad y esa necesidad del árbol de traer a alguien “juiciosa” que ponga orden donde faltó. Por el lado del linaje femenino, son madres que crían solas, violentas, depresivas y resentidas, como podemos ver en esa Luna y también en el emplazamiento de Venus en Aries en conjunción con Quirón.
De este modo, encontramos conflictos de nido (hogar, maternidad, crianza, protección) en el árbol genealógico, en el proyecto sentido y en su propia biografía. Estas dificultades la predisponen a padecer de esta enfermedad, la endometriosis, ya que toda su psique interpreta que el nido (Luna, hogar, útero) no es un lugar seguro para engendrar vida. El síntoma nos está contando esa historia de inseguridad que se sintió en el hogar y esa falta de apoyo de los hombres como parejas y padres. Queda de manifiesto la necesidad de sanar la herida emocional para poder crear un hogar más sano y seguro para la descendencia.
Vemos cómo la astrología, desde esta vertiente psicológica y sistémica, nos amplifica la información, nos permite comprender con mayor profundidad los conflictos detrás de los síntomas y nos ayuda a dirigir más adecuadamente el proceso evolutivo del sujeto.
Conclusión
Cuando incorporamos la astrología en una sesión de biodecodificación, nos valemos de una herramienta que amplifica muchísimo la mirada y la comprensión integral del sujeto. Nos proporciona un mapa de la psique personal y familiar que nos permite navegar por los conflictos emocionales con mucha más claridad. Nos ayuda a comprender más profundamente cuáles son las temáticas a trabajar y cómo fueron las experiencias personales y familiares que pudieron haber predispuesto a desarrollar una determinada enfermedad o síntoma, para poder orientar y guiar con mucha más certeza y pericia la consulta y el proceso de sanación de nuestros consultantes.
Bibliografía de referencia:
Cecilia García Robles – “Biodecodificación astrológica: el código del síntoma en la carta natal”, editorial Kier
Cecilia García Robles – “Astrogenealogía: un viaje hacia las raíces familiares”, editorial Kier
Enrique Bouron – “El libro azul de la biodecodificación”, editorial Kier
Enric Corbera – “Tratado de biodescodificación”, editorial índigo
Christian Flèche- “Descodificación biológica de las enfermedades”, ed obelisco
Christian Flèche – “El origen emocional de las enfermedades”, ed obelisco
- A excepción del libro que acabo de publicar “Biodecodificación astrológica: el código de los síntomas en la carta natal” por editorial Kier
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Cecilia García Robles
Cecilia es Licenciada en psicología, astróloga graduada en varias escuelas de Argentina y España. Se especializó en astrogenealogía con varios docentes y siguió investigando a través de sus consultantes, pacientes y alumnos desarrollando su propia mirada y metodología. Es terapeuta sistémica, consteladora familiar y biodecodificadora. En 2022 se publicó su libro “Astrogenealogía: un viaje hacia las raíces familiares” y en 2023 “Biodecodificación astrológica: el código del síntoma en la carta natal” ambos por editorial Kier. Tiene una escuela de Astrología humanística “Astropsicologica” y una de terapias sistémicas “Astroconstelaciones”.
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