Por Alejo López
La cuadratura Saturno-Urano es el aspecto más prominente durante este 2021 que está cerrando. Por eso, le dediqué un par de videos en mi canal de YouTube. Ahora, mientras acaba el año, quisiera aportar algunas reflexiones históricas que nos pueden ayudar a tomar perspectiva en relación al curso de los eventos actuales. Quisiera dejar claro que mi interpretación puede estar teñida de mis propias vivencias. Por más que lo intente, es posible que una aproximación totalmente neutral sea imposible. Nací en Argentina y pude experimentar de primera mano los estragos que genera el neo-liberalismo y las consecuencias culturales y económicas de la imperialización de Estados Unidos. No sé si hay otros sistemas posibles o mejores. Sin duda, tampoco apoyo un régimen como el de Rusia o el de Cuba. Así que mi posición política es compleja, multivalente y tal vez confusa. Creo en el poder de la democracia por más que tenga sus dificultades de aplicación práctica. Hecho este descargo, paso a mi lectura histórica del ciclo Saturno-Urano.
Me parece importante tener en cuenta que esta cuadratura no ocurre aislada en el tiempo, sino que forma parte de un ciclo, de un proceso. No es un instante, sino un devenir. Así, los eventos que estamos viviendo son manifestaciones de un proceso más largo. Por ejemplo, tendemos a creer que una pareja termina en una fecha determinada en la que sus integrantes mantienen una amarga conversación y deciden terminar esa forma de relación. Pero ese final, esa ruptura, no se produjo en ese instante, sino que se fue produciendo poco a poco. El evento es sólo la punta del iceberg, la manifestación de cambios y transiciones que fueron desarrollándose en silencio, como refiere el filósofo François Jullien.
Teniendo presente esta forma de analizar los eventos históricos (como un devenir de procesos subyacentes) vamos a mirar qué está ocurriendo este 2021: cuadratura menguante de Saturno-Urano, como parte de un ciclo que dura 45 años; es decir, que cada 45 años, Saturno y Urano se encuentran en conjunción. El ciclo actual empezó con la conjunción en 1988,. Según André Barbault, este diálogo titánico habla de la relación con la autoridad y de las formas que tenemos para organizar el poder y el control. La temática sería: la polarización de la autoridad, el surgimiento de la anarquía, el riesgo del surgimiento de políticas autoritarias, el auge de la derecha, y en general, una ambición extrema que lleve situaciones al límite.
Como el tiempo en astrología es cíclico, podemos estudiar el ciclo anterior para entender el actual. El ciclo anterior empezó en 1942. Las fechas claves fueron:
- 1942: conjunción Saturno-Urano
- 1952: cuadratura creciente Saturno-Urano
- 1966: oposición Saturno-Urano
- 1975-1977: cuadratura menguante Saturno-Urano
René Barbault se refiere a este ciclo como “la americanización del mundo”. Por supuesto, 1942 me hace pensar en la Segunda Guerra Mundial (1939-1945). El 1 de enero de 1942 fue firmada la Declaración de las Naciones Unidas como documento que establecía que las naciones firmantes se aliaban en defensa de la democracia y la libertad. Este sería el documento precursor que daría lugar, unos años más tarde, a la Organización de las Naciones Unidas. Algunos de los países que firmaron este documento lo hicieron desde el exilio, porque sus tierras estaban ocupadas por los nazis. Básicamente, se establecía que ninguna de las naciones firmantes podía firmar la paz con Alemania, Italia o Japón (los países del Eje) por cuenta propia. Marcaba un “todo o nada”. Y de hecho, el tratado imponía cierta unilateralidad de pensamiento: o estabas dentro o estabas fuera. Aquellos países que no participaban se consideraban enemigos. Por supuesto, una alianza en defensa de la libertad y la democracia, y que propone la unión y colaboración de las naciones, suena muy atractiva. Pero llama la atención que los propulsores de este acuerdo eran Estados Unidos y el Reino Unido. Teniendo en cuenta que este ciclo puede definirse como “polarización de la autoridad” o el “auge de la derecha”, quizás este sea un intento disfrazado de defender la libertad.
En 1952 ocurre la siguiente fase del ciclo: la cuadratura creciente. La Guerra de Corea, un enfrentamiento entre Corea del Sur y Corea del Norte, transcurre entre 1950 y 1953. Corea del Norte tuvo el apoyo de Rusia y China. Pero Corea del Sur recibió apoyo de Estados Unidos y, por supuesto, de las Naciones Unidas. En 1953 muere Stalin. Según tengo entendido, él había afirmado que Rusia no debía meterse en asuntos internacionales. ¿Cómo surgió el conflicto entre las dos Coreas? Al finalizar la segunda guerra mundial, Estados Unidos y Rusia se habían dividido el país. En teoría, estaban realizando negociaciones para reunificarlas pero Corea del Norte invadió Corea del Sur y entonces se desató la guerra.
El siguiente momento del ciclo es 1966, y aquí tenemos a Saturno en oposición a Urano. Entonces la tensión entre control y descontrol, autoridad y revolución, orden y caos, se vuelve extremadamente visible. Surge una contracultura basada en la idea de la revolución. Esta oposición a lo dictaminado, estructurado y establecido se da en todos los campos de la vida cotidiana: la música, la vestimenta, la sexualidad y la educación. Estamos llegando a un momento cúlmine en el conflicto entre Rusia y Estados Unidos. En 1967, matan al Che Guevara. En 1968 surge el Mayo Francés bajo el grito “seamos realistas, pidamos lo imposible”. Se está expresando aquí un grito por cambiar (Urano) un sistema (Saturno), por liberarse y rebelarse (Urano) en contra de formas que prometen pero que también encorsetan (Saturno).
Así, la autoridad que apareció cuando nació el ciclo se enfrentó a un momento crítico en 1952 (cuadratura) y luego empezó a encontrar resistencia hacia el final de la década de los sesenta (oposición). Llegamos entonces al cuarto menguante del ciclo: 1975-1977. Los cuartos menguantes de cualquier ciclo planetario representan el momento de la cosecha: ¿qué frutos dio la semilla que se plantó en la conjunción? Lo construido tiene que enfrentarse al juicio del tiempo y demostrar si está basado en estructuras sólidas que puedan seguir funcionando en el futuro. En estos años ocurrió el caos del caso Nixon en Watergate, la exposición del nivel de corrupción en el que se apoyaba esta cultura de supuesta defensa de la libertad y la democracia. Además, en 1975 termina la guerra de Vietnam, con la denuncia a la política imperialista de Estados Unidos. A partir de entonces, Estados Unidos pone los ojos sobre Latinoamérica (recordemos que el Che Guevara murió en la oposición del ciclo) y empieza su intervencionismo en la región. ¿Qué está ocurriendo en Europa? Asciende Thatcher y ejemplifica con toda su política la temática de este ciclo: polarización de la autoridad, políticas autoritarias y el auge de la derecha.
Así llegamos a la conclusión de este ciclo y al comienzo de uno nuevo en 1988. Pero no es un reseteo, no volvemos a cero. Cada vez que comienza un ciclo, lo hace sobre el abono que dejó el ciclo anterior. Espero que haya quedado evidenciado cómo aquello que empezó como una semilla (la Declaración de las Naciones Unidas) fue desarrollándose y enfrentándose a momentos críticos para su supervivencia (las cuadraturas) e incluso a instancias de enfrentamiento y resistencia (la oposición). 1988 marca el final del ciclo y el comienzo del que estamos viviendo ahora. El evento que tuvo un efecto mundial, cerca de esta fecha, fue la caída del Muro de Berlín en 1989, que termina de santificar a Estados Unidos y su intervencionismo como agentes salvadores del mundo, defensores de la democracia y protectores de humanidad. Espero que no parezca que estoy pensando que el mundo hubiera sido mejor si Alemania hubiera ganado la Segunda Guerra Mundial. Por supuesto que no lo creo. Y aún así, viendo el desarrollo de este ciclo y de los eventos históricos que a lo largo del mismo se sucedieron, creo necesario cuestionar el rol de los países victoriosos.
El ciclo actual empieza en 1988 con la promesa de una Europa donde reine el Estado de Bienestar. (En realidad, según tengo entendido, el concepto de Estado de Bienestar había surgido en 1945, cerca del inicio del ciclo anterior). En esta época, la esperanza de vida empieza a extenderse, así como una creencia tácita y compartida en el poder y las posibilidades de la democracia. Posiblemente este nuevo ciclo hable del impacto de la globalización, que se acelera a partir de la caída del Muro de Berlín. Como proceso, la globalización puede considerarse positiva en muchos aspectos: colaboró con la aparición de democracias en el mundo, facilitó el aumento de la esperanza de vida, promovió la defensa de derechos para mujeres, la comunidad LGTBIQ+ y otras comunidades minoritarias, y ayudó al aumento de la alfabetización a nivel mundial. Pero también tiene un lado muy oscuro: la apertura de mercados y la privatización de la salud y laq educación, la aparición de multinacionales que para ganar competitividad mejoran la calidad de los productos a costas de empeorar la calidad de vida de los trabajadores, la facilitación que tienen los países ricos para saquear productos primos de los Países del Sur sin generar estructuras sanas y sostenibles a largo plazo. Además está el tema del “multiculturalismo”, que parece estar manifestándose más como imposición de la cultural occidental y supuestamente laica, que homogeniza la variabilidad cultural (por ejemplo, la gentrificación de las ciudades).
Así empieza el ciclo actual, un ciclo en el que la polarización del poder (temática de Saturno-Urano) parece expresarse a través del proceso de globalización. Los años críticos son:
- 1999-2000 (primera cuadratura)
- 2008-2010 (oposición)
- 2021 (cuadratura menguante).
¿Qué pasó en 1999? Entró en vigor el Euro, con todas las ventajas y desventajas que ello implicó. Creo que es un significador muy potente de la globalización. El ideal de la Unión Europea empezó a manifestarse de forma diaria. A finales de ese mismo año, ocurrió la Contracumbre de Seattle. Este fue un evento frente a la Organización Mundial del Comercio en el que se reunieron ecologistas, anarquistas, sindicalistas, profesionales y ciudadanos de a pie para expresar su deseo de resistencia a la globalización. Por cierto, también en 1999 (aunque a principios de año), Hugo Chavez asumió su primera presidencia en Venezuela. Debido a la retrogradación planetaria, la cuadratura ocurre varias veces a lo largo de 1999 y de 2000. En 2001 se produce el atentado a las Torres Gemelas. Este tremendo evento tiene múltiples niveles de lectura e interpretación. Y, aunque pueda ser controversial, podríamos pensar que, simbólicamente, estaba manifestando un grito desesperado contra el poderío que estaba ejerciendo Estados Unidos y la cultura que estaba imponiendo en el mundo. Quizás el enemigo no estaba fuera, sino dentro. Estados Unidos se había mostrado superpoderoso e intocable, como elegido por dios como protector de la democracia y la libertad. Esta idea entra en fase crítica, no sólo porque se expone su vulnerabilidad sino porque se empieza a evidenciar que el discurso en defensa de la democracia y la paz mundial no era del todo limpio, sino que estaba manchado por oleosas y oscuras intenciones. Por otra parte, ese año, China, el supuesto eterno enemigo, es aceptada en la Organización Mundial de Comercio.
En 2008 ocurre la oposición. Este es el año de la gran crisis económica que evidencia que el sistema neo-liberal y globalizante no está dando los resultados esperados. Igual que 45 años antes, aparece un movimiento que se opone a él, y manifestaciones en todo el mundo (Islandia, Túnez, Egipto, Grecia, Portugal, España, Reino Unido, EE UU), que piden un cambio de paradigma.
Y así llegamos hoy a 2021. El año pasado, cuando empezaba a hablarse de que al recluirnos en nuestras casa la naturaleza recobraba su vitalidad (por ejemplo, con la fake news de los delfines nadando en los canales de Venecia), empezaron a alzarse voces que decían que esta era el fin del capitalismo y el patriarcado. Personalmente no estoy seguro de que lo sea, porque los sistemas de organización económica no cambian de un día para otro, sino que son procesos lentos que se dan casi de forma invisible. Tampoco estoy seguro de que la mayoría de nosotres estemos dispuestes a enfrentar las dificultades y las limitaciones que ello conllevaría. Ojalá esté confundido, pero veo más fácil alzar voces contra la desigualdad social y las acciones que destruyen nuestro planeta. Limitarnos en nuestros hábitos diarios puede sentirse como una privación a nuestras libertades y a lujos que consideramos derechos. En esta cuadratura Saturno-Urano se juega la última batalla de la temática de la polarización del poder que ha dado lugar, una y otra vez, según nos cuenta la historia, al auge de las derechas. En este último capítulo, nos enfrentamos a las consecuencias que han dejado las luchas por el poder, el control y la libertad durante procesos masivos de globalización. Ahora se está jugando la última batalla del ciclo entre estos titanes. En 2032 volverán a la conjunción, para plantar una nueva semilla sobre este abono. No sé si hay algo que podamos hacer al respecto o si seremos meros espectadores de estos procesos que se desarrollan delante nuestro (y a través nuestro). Creo que a nivel personal, cada une está sosteniendo esta batalla entre control y libertad. A nivel global, tal vez, sólo nos quede amar y esperar. Pero creo que vale la pena que nos hagamos esta pregunta: ¿cómo atravesar este momento sin polarizarnos, sin elegir entre el control o la libertad, pero siendo capaces de sostener el oxímoron de abrazar a ambos?
Alejo López
Es tutor de la “Faculty of Astrological Studies” de Londres, graduado en Psicología y licenciado en Artes Dramáticas. También, obtuvo el certificado de «Horary Practitioner» en “The School of Traditional Astrology” de Deborah Houlding. Actualmente está por finalizar el Master “Cultural Astronomy and Astrology” en la “University of Wales Trinity Saint David”. Participa a menudo en la conferencia anual de Asociación Astrológica de Inglaterra y ha sido invitado a otros eventos internacionales como NORWAC 2020 o los organizados por AFAN e ISAR. Ha publicado artículos en The Journal of the Astrological Association of Great Britain, en The Mountain Astrologer y en la revista I•AM Astrology.
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