ASTROLOGÍA AUSTRAL: SINCRONIZANDO EL CIELO Y LA TIERRA

19 Ago 2024

Por Daniel Serra

La verdadera Astrología nos explica magistralmente la semejanza y sincronía que existe entre los ciclos celestes, o las posiciones de los astros en el cielo, y lo que ocurre en la Tierra. Esa correspondencia es su principio fundamental: “Como arriba, es abajo; como abajo, es arriba…”. Macrocosmos y microcosmos unidos por un patrón esencial que se refleja a distintas escalas. 

Aprendí esta base fundamental de la teoría astrológica desde el inicio de mis estudios, hace más de 25 años. La Astrología me enseñó que existe una estrecha relación entre la simbología y las características de los signos, las estaciones del año y el ciclo de la vida. También comprendí que un planeta es regente de un signo porque sus cualidades esenciales son afines con las de este y, por el contrario, si dichas cualidades esenciales son opuestas, se halla debilitado y es considerado en detrimento o en exilio. Como podemos apreciar, son deducciones análogas y coherentes. 

Sin embargo, mientras estudiaba estos fundamentos, me surgieron dudas y cuestionamientos por algunas interpretaciones de mi propia carta natal que no me convencían. Yo nací en Buenos Aires, un verano cálido de febrero mientras el Sol transitaba el signo de Acuario. Entonces, de acuerdo con la teoría, el planeta regente de mi signo solar debería ser Saturno, y el Sol estaría en detrimento. Pero ¿cómo es posible que en el esplendor del verano el Sol se encuentre debilitado y Saturno, fortalecido? Y las preguntas continuaron. Si, como enseñaron desde siempre nuestros maestros, el zodíaco astrológico se inicia cuando el Sol atraviesa el punto vernal y la simbología del primer signo zodiacal, Aries, es análoga al impulso creador del nacimiento simbólico del año natural en primavera, ¿por qué en el hemisferio sur el zodíaco comienza en el otoño de Libra? ¿Cuándo se manifiesta el impulso creador en la naturaleza? ¿En otoño o en primavera? Además, ¿por qué en el hemisferio sur dibujamos la carta natal con el Ascendente a la izquierda? ¿Adónde se encuentra el Ascendente desde nuestra posición? ¿A la izquierda o a la derecha?

          Percibí que dar como válidas ciertas semejanzas referidas al hemisferio norte en el hemisferio sur produce inconsistencias conceptuales que afectan la coherencia teórica. Y, como la Astrología es coherente en sus argumentos, era necesario develar esas incógnitas investigando en busca de respuestas. 

Para comenzar mi investigación, debía entender cómo fue pensada y confeccionada la teoría astrológica clásica en sus orígenes. Así, luego de descubrir el porqué de sus fundamentos, podría responderse la pregunta clave: ¿La teoría astrológica clásica tiene aplicación universal o en el hemisferio sur son necesarias ciertas adaptaciones para que conserve su validez?

En mi trabajo, analicé las opiniones de prestigiosos astrólogos contemporáneos (André Barbault, Dane Rudhyar, Charles Carter, Oscar Adler, John Frawley, Pepa Sanchís Llácer, entre otros). Sin embargo, además del aporte de los astrólogos de nuestros tiempos, entendí que tenía que investigar, particularmente, las fuentes primarias de la Astrología occidental, las obras de nuestros maestros de la antigüedad: Claudio Ptolomeo, Marcus Manilius, Firmicus Maternus, Albumasar, Guido Bonatti, Marsilio Ficino y William Lilly. 

Me llevó varios años recolectar y analizar la información. Finalmente, luego de leer en detalle sus enseñanzas, conocí el razonamiento teórico empleado y las incógnitas fueron respondidas. Los invito a que compartamos una breve síntesis de esas conclusiones.

Para comenzar, recordemos las características más relevantes del armado teórico de la Astrología occidental:

  1. Emplea el razonamiento analógico para el armado de sus postulados teóricos.
  2. Es eminentemente solar.
  3. Utiliza un enfoque geocéntrico y antropocéntrico.
  4. Trabaja en base al zodíaco tropical o trópico.

Sin entrar en detalles con respecto a las primeras tres características, resaltaré la última consideración: la Astrología clásica trabaja en base al zodíaco tropical. Recordemos que existen dos clases de zodíacos solares: el sideral y el tropical. A diferencia del zodíaco sideral, que tiene su punto de inicio tomando como referencia a las constelaciones y sus estrellas fijas (0º de Aries sideral), el zodíaco tropical tiene un punto de inicio móvil cuando el Sol, en su movimiento aparente alrededor de la Tierra, cruza el punto vernal en el equinoccio de primavera (0º de Aries tropical).

La Astrología Védica (Jyotish), por ejemplo, utiliza el zodíaco sideral, mientras que la Astrología clásica trabaja con el zodíaco tropical. Como bien nos aclara André Barbault en su libro “El conocimiento de la Astrología”: Nunca, desde Ptolomeo, ha habido confusión entre los astrólogos acerca del zodíaco sideral de las constelaciones y el zodíaco trópico que concuerda con el ritmo de las estaciones, y a este último se han referido siempre[…]”. Por cierto, poco interesa a la Astrología occidental que el 0º de Aries tropical no sea un punto fijo debido a la precesión de los equinoccios. Lo que sí importa saber es que el comienzo de la circunferencia zodiacal se produce siempre cuando el Sol atraviesa el punto vernal en el equinoccio de primavera. Esta consideración tiene suma relevancia. 

Ahora bien, analicemos una pregunta clave cuya verdadera respuesta pocos tienen presente. ¿Qué es y qué representa el zodíaco astrológico? En primer término, es un medio para localizar posiciones de astros u otros puntos dentro de los 360° de la eclíptica, tomando como punto de partida el grado 0 de Aries tropical. En segundo lugar, el zodíaco es lo que los antiguos llamaban “el camino del Sol” (la eclíptica) y representa un calendario estacional. Oscar Adler nos explica en su libro “Astrología como ciencia oculta”: La palabra “zodíaco” no es en realidad más que el nombre esotérico de aquello que los astrónomos llaman eclíptica. El zodíaco no es de ningún modo aquello que, en las vastedades de las estrellas fijas, fuera considerado como fondo de eternidad, sino aquello que nos transmite el Sol, un círculo que acompaña al Sol en su movimiento, la huella celeste del Sol, el rastro que este deja año tras año en el cielo, un cinto de energía solar. Llamaremos simplemente “zodíaco” al zodíaco solar[…]”.

Para comprender su verdadero significado es necesario entender la relación que existe entre el Sol, el rey del zodíaco, y la Tierra. En su recorrido anual por la eclíptica, y de acuerdo con la intensidad de su luz y calor, el Sol crea las estaciones del año, influyendo sobre la naturaleza y los ciclos vitales de los organismos. Dane Rudhyar, escribe en “Astrología de la personalidad”: El zodíaco es sólo un dibujo simbólico para definir y medir el desarrollo cíclico de la fuerza de la vida cuando esta fluye desde el Sol hacia la Tierra a lo largo del ciclo de su revolución orbital[…]”. Y en “Zodíaco, el latido de la vida”, deja claro que: Lo que llamamos el zodíaco es en realidad el ciclo de las estaciones, proyectado en el Cielo[…]”. A su vez, André Barbault opina al respecto: En efecto, es evidente que los meses zodiacales primer calendario que asocia el cielo a la Tierra toman sus nombres y significaciones de los fenómenos naturales de la estación, y no de las constelaciones, cuyos conjuntos de estrellas no se asemejan, ni de cerca ni de lejos, a las designaciones zodiacales[…]”. (André Barbault, “El conocimiento de la Astrología”)

¿Y qué nos enseñaron los maestros de la antigüedad al respecto? Claudio Ptolomeo, el padre de la Astrología occidental, nos dice: El comienzo del círculo zodiacal completo (que en su naturaleza como círculo puede no tener otro comienzo, ni fin, capaz de ser determinado), por lo tanto, se asume que es el signo de Aries, que comienza en el equinoccio vernal debido a que la humedad de la primavera forma un comienzo primario en el zodíaco, análogo al comienzo de toda la vida animal; que, en su primera etapa de existencia, abunda principalmente en humedad: la primavera, también, como la primera etapa de la vida animal, es suave y tierna; está por lo tanto idóneamente colocado como la apertura del año, y es seguido por las otras estaciones en una sucesión adecuada[…]. (Tetrabiblos, Libro 1, capítulo XII)

Más adelante, en el capítulo XIII, nos ilustra sobre las características de los signos astrológicos, dejando claro que: […]los temperamentos generales de los signos son análogos a aquellos de las estaciones[…]. Guido Bonatti, el célebre astrólogo italiano del siglo XIII, escribe: […] la enumeración de los signos fue tomada correctamente desde Aries, porque luego las cosas crecen (se ponen) tiernas y esta cualidad es asimilada a la juventud, que es la parte más potente de la vida; así de hecho esta es la parte más potente del tiempo, cuando pasan las cosas mencionadas, porque el Sol luego retrocede desde el ecuador, se aproxima a las regiones del norte, y causa el calor en la humedad que fue producida por el tiempo de invierno precedente. Luego la naturaleza se mueve a la generación y al incremento de las cosas; las hierbas crecen y los árboles tienen ramas, y florecen y luego tienen frutos, y muchas semillas germinan[…]. (“Liber Astronomicus”, Segundo Tratado, parte 1, capítulo VI)

A continuación, leemos en el capítulo VII sus descripciones sobre los doce signos. Veamos, por ejemplo, qué escribió sobre Aries, Cáncer, Libra y Capricornio, los signos móviles (cardinales) vinculados con los cuatro cuartos del año:

 Aries: […] cuando el Sol entra en Aries, el calor se incrementa porque el Sol empieza a elongarse desde la línea equinoccial y se aproxima al cénit de las regiones del norte y está fortalecido, entonces se dice que Aries tiene fuerza con respecto a los poderes animales[…]

Cáncer: […]Desde este punto el Sol empieza a regresar hacia el ecuador, y luego entra en Cáncer porque Cáncer es un animal que va hacia atrás. Donde, así como un cangrejo se dice que va unas veces hacia delante y luego hacia atrás, entonces, cuando el Sol es alargado desde la línea ecuatorial hacia su mayor elongación, regresa desde allí, y luego se dice que retrocede como lo hace un cangrejo[…]

Libra: […]Luego el Sol entra en Libra, porque los días son iguales a las noches y el calor disminuye (aún más), entonces hay una igualdad de calor y frío; porque entonces el frío empieza a volverse más fuerte, y todas las cosas están en igualdad en este momento[…].

Capricornio: […]Luego el frío se incrementa por sobre el calor; es como si el calor hubiera sido asesinado, y el aire se vuelve hacia una inmoderada frigidez y se vuelve melancólico; y la nieve aumenta y el frío y el hielo se hacen más grandes y similares. Donde, dado que la Cabra es un animal frío, seco y melancólico, este signo fue llamado Capricornio debido a este animal. El Sol tiene ahora su mayor declinación sur desde el ecuador[…].

Al leer los argumentos de los astrólogos contemporáneos y de la antigüedad, queda claro que las cualidades del zodíaco y de sus signos nada tienen que ver con las constelaciones y sus estrellas fijas. Tampoco son universales ni metafóricas, sino que describen la realidad observable en tiempo real. Desde su ubicación geográfica en latitudes boreales, relatan la declinación solar sobre sus cabezas y lo manifestado en la Tierra por la influencia física de la luz y calor del Sol, creando las cuatro estaciones anuales e influyendo en las etapas del ciclo de la vida de los seres vivos en nuestro planeta.

 Por supuesto, para que el patrón analógico exista, el zodíaco astrológico tropical siempre debe comenzar en el equinoccio de primavera, cuando el Sol atraviesa el punto vernal en su intersección con el ecuador celeste y la naturaleza inicia su ciclo vital anual en la Tierra. De esta manera, el macrocosmos (el Sol en su recorrido anual) y el microcosmos (las 4 estaciones del año y las etapas del ciclo de vida) logran estar en correspondencia y sincronía: “Como arriba (Sol en Aries), es abajo (primer mes de la primavera); como abajo (primer mes de la primavera), es arriba (Sol en Aries) …”

Así es como fueron explicadas las siguientes analogías sincrónicas: 

  • Sol en Aries/Tauro/Géminis = los 3 meses de primavera = nacimiento/niñez  
  • Sol en Cáncer/Leo/Virgo = los 3 meses de verano = juventud  
  • Sol en Libra/Escorpio/Sagitario = los 3 meses de otoño = adultez 
  • Sol en Capricornio/Acuario/Piscis = los 3 meses de invierno = vejez y muerte  

Al conocer la línea argumentativa empleada, tengamos en cuenta ahora un factor indispensable para mantener la validez y coherencia de la teoría astrológica clásica: su correcta aplicación. Lógicamente, si la Astrología occidental utilizara para su estudio el zodíaco sideral que toma como referencia las constelaciones y las estrellas fijas, tanto el inicio del zodíaco como la cronología de los signos serían los mismos en cualquier lugar del planeta. Sin embargo, como sabemos, ese no es el caso de la Astrología clásica que basa su estudio en el zodíaco tropical

Ahora bien, vale recordar que la distribución cronológica e interpretación de los signos que aprendimos en el hemisferio sur fue pensada y creada en y para el hemisferio norte. Por supuesto, sería una falacia pensar que la Astrología occidental tiene aplicación exclusiva en el hemisferio boreal. Y, entonces, ¿qué debemos hacer en las tierras australes? 

En primera instancia, hay que reconocer que existen diferencias astronómicas y físicas entre ambos hemisferios terrestres que afectan la correcta aplicación de la teoría astrológica: la inversión de las estaciones anuales, la existencia de dos puntos vernales a lo largo del año (el boreal y el austral), la posición del Ascendente y el sentido del recorrido del Sol y los planetas por el zodíaco en la confección del mapa astral. En segundo lugar, hagamos lo que siempre han hecho nuestros maestros: describir desde la posición geográfica del observador lo que ocurre en el cielo y en la Tierra al mismo tiempo. De haber nacido en el hemisferio sur, nadie podría imaginarlos tratando de sostener con argumentos razonables la incoherencia de que en tierras australes el zodíaco tropical se inicia en el equinoccio de otoño o que el Sol alcanza su máxima dignidad en el invierno y Saturno en pleno verano. 

Queda en evidencia el error de haber “copiado y pegado” la teoría heredada del hemisferio norte sin tener en cuenta la propia realidad observable. Para corregir esta equivocación es indispensable respetar las características del zodíaco tropical sincronizando los ciclos celestes con nuestros ciclos terrestres. Obviamente, no soy el único que cree indispensable estas adaptaciones. Como Esteve Carbó I Ponce, en su libro “Manual de Astrología Tradicional”, son muchos los astrólogos que lo aseguran: […] Así pues, en primavera, es la posición del Sol que permite el despertar de la naturaleza. Por esta razón, en el hemisferio austral, las estaciones están invertidas, pues a nuestro equinoccio de otoño le corresponde allí el equinoccio de primavera. En consecuencia, aquí Aries, es allí Libra; y para calcular el horóscopo de una persona nacida en el hemisferio sur será preciso invertir los signos del zodíaco[…].

Por tal motivo, en el hemisferio sur, cada año el Sol ingresa en Aries cuando atraviesa el punto vernal austral en el equinoccio de primavera el 22 o 23 de septiembre. Como enseñaron los maestros: Sol en Aries en el cielo, primer mes de la primavera en la Tierra. Aries sigue siendo Aries, “la embestida de los cuernos del carnero” experimentada en el inicio del año natural, con el planeta Marte como su regente. El resto del zodíaco mantiene la misma secuencia tradicional de signos y planetas regentes sincronizados con las estaciones australes. Macrocosmos y microcosmos en correspondencia y sincronía, siempre y en cualquier lugar. Solo así la teoría conserva su validez y coherencia. Esta es, sin dudas, la solución a mis interrogantes. Finalmente, las incógnitas fueron respondidas.


Daniel Serra

Daniel Serra es un astrólogo argentino, director del Centro Astrología Austral. Inició sus estudios astrológicos hace más de 25 años y ha participado en numerosos cursos, seminarios y talleres sobre distintas ramas de la Astrología brindados en reconocidos Centros Astrológicos y por prestigios@s astrólogos contemporáne@s. 

Estudioso de la teoría clásica, en el año 2012 decidió comenzar una investigación acerca de un tema que siempre lo inquietó: la Astrología en el hemisferio sur. Durante varios años analizó numerosos textos de autores contemporáneos y, principalmente, reconocidas obras de maestros de la antigüedad buscando responder una pregunta clave: ¿La Astrología clásica tiene aplicación universal o en el hemisferio sur son necesarias ciertas adaptaciones para que conserve su coherencia y validez? 

A fines de 2022 presentó su libro “Astrología Austral” en dónde explica y expone en detalle su investigación y conclusiones. Desde entonces ha brindado cursos, charlas y conferencias en distintos Centros astrológicos de Latinoamérica sobre este tema tan controvertido como apasionante.

Mail: danielserra@astrologiaaustral.org

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