Astrología en el cuerpo: Mundo de adentro – Mundo de afuera 

15 Oct 2023

Por Guada Cheja

Catalina es una mujer argentina de 42 años y venimos trabajando juntas semanalmente hace 8 meses. El enfoque integra su carta natal como mapa y terapias corporales como Bioenergética y Gestalt.

Catalina me contacta para hacer sesiones de terapia energética. Viene recomendada por una astróloga que le sugiere trabajar su código natal desde el cuerpo.

Tenemos una entrevista previa por video llamada en la que me cuenta que quiere trabajar su Quirón en Tauro en casa IV. En este primer acercamiento, lo primero que detecto es la voz de su Luna en Virgo que explica técnicamente. Le pregunto cómo comprende este emplazamiento, cómo lo vive, y me cuenta que tiene un dolor muy profundo de la niñez. A los ocho años se mudó con su familia de Argentina a Italia y  al llegar a otro país y, sobre todo, a otro idioma, le resultó muy complejo adaptarse.

Recordemos que desde la estructura de una Luna en Virgo, la claridad, la exactitud y la palabra precisa son la forma en que circula la seguridad afectiva y en la escuela no entendía los conceptos. Entonces su lugar de contención, ese que reconocía como amor, se quiebra en mil pedazos.

Observemos que esta fractura desde el movimiento del Ascendente en Acuario, con una mudanza, un lugar nuevo y desconocido que, desde sus parámetros, es extraño. Entonces, Catalina no encaja y queda catalogada de diferente, incluso empieza a sufrir bullying por parte de sus compañeros de clase. 

Aquí podemos empezar a detectar cómo se empezó a materializar la distancia interna entre la Luna en Virgo y el Ascendente en Acuario: no entender la convierte en “la diferente” y esto le genera una angustia muy grande. Para ella la pertenencia está muy ligada por un lado al lenguaje, al idioma, y por otro a ser parte del sistema.

Acuario la saca de todo lo que ella conocía hasta entonces como seguro y le genera tanto dolor y desconcierto que su mecanismo lunar se dispara como manotazo de ahogado: la única forma de volver a encontrar ese lugar cuidado es adaptándose, aprendiendo italiano para poder ser funcional a ese mundo.

En su casa las cosas continúan en un clima muy atinado a su Luna virginiana, los padres no están presentes y ella comienza a preparar su comida, incluso se planta en el rol de hermana mayor cubriendo muchas de las necesidades de su hermana. Es eficiente y madura. Se empieza a incubar una aptitud de servicio y necesidad de entender muy fuerte, que en la actualidad podríamos vincular con su vocación hacia la medicina.

Desde la primera sesión, Catalina se expresa desde su Luna en Virgo, muy mental, con mucha palabra y explicación detallada, que luego empezamos a ver cómo la desconectan de su cuerpo y sus emociones. Tiene el eje Tauro-Escorpio interceptado y podemos observar cómo cuesta darle cauce en primera persona al movimiento de navegar lo doloroso, conflictivo, a nadar en aguas intensas que precisan liberar esta energía para transformarse y crear nuevos brotes desde la materia, el cuerpo en disfrute.

Aquí su balance de elementos nos suma información:

Aire: Sol, Mercurio y Ascendente.

Tierra: Luna y Saturno.

Agua: Venus, Marte, regente del Ascendente.

Fuego: Júpiter.

Vemos cómo hay un primer registro de Aire y Tierra que la hacen tener una captación desde lo objetivo, lo real como explicable y cuantificable. Y, si bien el Agua tiene su presencia, está un poco más lejana de la consciencia esa comprensión desde lo subjetivo, el sentir en lo propio, lo emocional y empático. 

De hecho, los planetas personales que se encuentran en Agua son Venus y Marte en el signo de Escorpio, que parecería que tienen un cauce desde los aspectos: Luna sextil Venus y Saturno sextil Marte. Es como si la energía escorpiana tuviese una circulación fluída desde lo virginiano, que bien podemos observar desde su vocación cómo médica, al ingresar en el dolor, comprendiendo mecánicamente el sistema del cuerpo y poniéndose al servicio de la curación.

Estos aspectos blandos que permiten la comunicación entre lo virginiano y lo escorpiano también generan un surco muy grande de lo que ya funciona de cierta manera y no sienten desde el tironeo, la necesidad de un cambio, como sería la experiencia de un vínculo duro.Entonces, desde el servicio parecería que circula el agua, mas no así en la propia experiencia.

Empezamos a explorar ejercicios para generar presencia, para acercar la mente, el cuerpo y las emociones. Ante las propuestas introspectivas, encuentro un espacio muy rico y poroso para trabajar, donde hay una captación sensible enorme. Ella es Luna cuadratura Neptuno y esto comenzó a movilizarse cuando nos mudamos de la palabra a la experiencia.

Catalina me cuenta que desde los 20 años padece de acúfenos (zumbidos constantes en los oídos) y que se acostumbró tanto a esta aflicción que ya casi no los escucha. Le propongo cerrar los ojos, ingresar en ese sonido y comenzar a percibir qué le pasa en el cuerpo. Me nombra con léxico técnico el hueso que sostiene el oído y menciona que se endureció, que no ingresa mucho sonido, que escucha más el afuera que su adentro. Le sugiero que permita que su cuerpo haga el movimiento que esté necesitando y se tapa los oídos con las manos. Dice que se siente cómoda y menciona un gran darse cuenta: que escucha adentro o afuera, es uno u otro. 

A partir de este ejercicio podemos notar como hay una gran división entre lo interno y lo externo, lo subjetivo y lo objetivo. Además del balance de elementos que refleja lo descrito anteriormente, ella es Luna conjunción Saturno y Sol conjunción Plutón en Libra. Nombro estas posiciones que marcan una clara división entre lo que comenzamos a llamar con Catalina “mundo de afuera” y “mundo de adentro”.

Podemos detectar cómo hay una mayor identificación con el “mundo de afuera”. Su Luna en Virgo se pone al servicio de los demás y desoye las propias necesidades. Su Sol en Libra ve al otro, detecta su deseo y genera lo necesario para restablecer el equilibrio. Esto se potencia con su Sol-Plutón, que encarna “la que todo lo puede”. Imaginemos la percepción de la vida desde este personaje que brilla transformando altas cargas energéticas para los demás.  Correrse de esta forma de manifestación implicaría tocar un lugar de mucha vulnerabilidad, que prendería las alarmas del sistema. “Si no soy la que todo lo puede, me derrumbo”.

Le planteo que intente darle lugar al sonido de los acúfenos y, muy despacio, empieza a alejar las manos de las orejas. Le pregunto si está lista para hacer ese movimiento y me responde que se alejan solas, que no es intencional. Dice que siente más lugar. A partir de aquí se genera un clima muy profundo que se percibe en el campo energético del encuentro, yo me siento más conectada, en absoluta presencia y lo menciono para remarcar cómo un cambio interno genera en co-creación un cambio externo.

Propongo que se ponga de pie y con sus manos comience a explorar a qué distancia necesita tenerlas de cada parte de su cuerpo. Su cabeza la recorren con una distancia de unos 20, 25 centímetros aproximadamente y cuando llega a la garganta, se pegan a la piel. Dice que se siente incómoda, expuesta. Su cuerpo comienza a balancearse de adelante hacia atrás. Le pido que lo repita y que intente generar un sonido que acompañe el movimiento. Dice que siente el cuerpo rígido, algo en ella se bloquea, se desconecta, queda congelada.

Su Luna está en sextil con Urano y podríamos decir que este emplazamiento resulta muy funcional para la medicina. La frialdad necesaria para ingresar a las aguas estancadas del dolor. Podemos observar cómo este emplazamiento es útil para vincularse con las profundidades del mundo de afuera en su profesión y a su vez coartan la circulación en el mundo de adentro.

Se lleva la mano a la garganta generando presión, dice que las vibraciones de su voz le molestan. Le propongo sentir las vibraciones en silencio y que exprese con una seña cómo está. Luego de unos segundos levanta el pulgar. Volvió a conectarse y desde ese sentir sin palabras le propongo que abra los ojos y cerremos la sesión en silencio. Así, por primera vez, su Luna en Virgo no tapó la información sensible con entendimiento y pudo dar lugar a una percepción acuática.

En las sesiones que siguieron continuamos ahondando en esta temática. Trabajamos los límites y su posibilidad de decir “no” al fuera. Apareció también, a través de una situación con un compañero de trabajo, la vivencia del goce de la polarización plutoniana. Gracias a la  proyección del polo impotente en este hombre pudimos ingresar en el “no puedo nada” versus “puedo todo”.

Luego abordamos desde la carta natal un encuadre de lo que habíamos estado moviendo y en esta charla vimos cómo el mundo de adentro con su Luna conjunción Neptuno armaba una burbuja para que su sensibilidad no quedara expuesta. Le propuse que armara este espacio interior con los ojos cerrados y que desde este lugar seguro observara al mundo de afuera. Lo describe como un espacio social, donde hay disfrute, hay gente riendo.

Le propongo estirar un brazo y tocarlo. Dice que siente calor en la mano y le genera curiosidad. Sugiero que se lleve esa mano, trayendo esa sensación, a alguna parte de su cuerpo. Lentamente, se toca el plexo solar. En cuanto hace este contacto se empieza a reír, dice que se conecta con el placer que ve afuera. Le pregunto al mundo de adentro si puede recibir este goce e inmediatamente aleja su mano y dice “Pará”. Expresa que no se siente lista.

Le pregunto qué le diría el mundo de adentro al mundo de afuera. “Somos seres vinculares, la vida es en vínculo”, esboza. Con esta frase podemos notar cómo, a pesar de estar vivenciando desde el mundo de adentro, hay una mayor identificación con ese Sol en Libra que le indica que el camino es hacia afuera, hacia el otro. Entonces podemos tematizar la lucha que se genera. El mundo de afuera la quiere obligar a salir “porque la vida ocurre allí” y cuanto más tira, el mundo de adentro más se guarda y blinda su burbuja (Luna-Saturno/ Luna/Neptuno).

Con este trabajo podemos profundizar en la temática de consulta de Catalina. Hay una gran dificultad en conectar con lo blandito, con lo sensible porque parecería que eso es “no saber”. Y no saber se convierte en “no poder”. Entonces se adaptó, salió al mundo a encajar y ponerse al servicio. Esto congeló su contacto con el interior. Como si toda su estructura lunar estuviera conversando con el Ascendente en Acuario polarizado hacia Saturno para entrar en el molde social.

Ante ese Quirón en Casa IV en Tauro, siente un dolor primario del hogar, en referencia también a la intimidad con su calorcito interior, del sufrir el contacto con su cuerpo y con la información que le trae. Quirón está en oposición a Urano. Ella puede ver cómo el ser diferente le enciende su peor incomodidad y a la vez es su destino, con el ascendente en Acuario.

Cuando apareció su necesidad de aval externo, ese Saturno que sigue buscando el sostén afuera, le propuse que cerrara los ojos y se convirtiera en Catalina niña sentada frente a su padre. Se describe con una actitud curiosa, quiere saber. Tiene una sonrisa, siente placer y presencia. Está entusiasmada. Se siente vista por el padre, que responde sus preguntas.

La niña ya no solo está herida, sino que también siente goce al investigar la vida. Es la primera vez que sale de la imagen de la nena que no encaja. Se da cuenta de que nunca había manifestado lo que necesitaba, que siempre se había arreglado sola. Con este darse cuenta podemos detectar que, desde su Luna en Virgo conjunción Saturno, no había vivido la ingenuidad de no saber y ahora descubre la maravilla de habitarlo. Ya no necesita tapar su mundo de adentro con la claridad de la comprensión, puede, de a poco, empezar a compartirse con el mundo con otra frescura. 

Dentro del marco gestáltico, en las sesiones utilizo las resonancias en mi cuerpo para trabajar. Durante este ejercicio sentí un acúfeno en uno de mis oídos y al final de la sesión le pregunté cómo estaban sus zumbidos. Me contó que hacía unos días al ponerse auriculares se había dado cuenta de que del oído derecho, donde no tenía prácticamente audición, estaba escuchando mejor.

El trabajo sostenido y desde el cuerpo nos permitió ir ingresando de a poco en sus zonas dolorosas, y navegarlas con amorosidad. De esta forma hoy Catalina está mucho más consciente de la información que ingresa en su cuerpo, de varios de sus mecanismos de defensa y sus identificaciones. Así, lentamente, comenzó a circular su energía por lugares que antes eran inhóspitos y hoy se para con otra blandura y sensibilidad hacia sus actividades y sus vínculos.


Guada Cheja

Guada Cheja es astróloga, terapeuta bioenergética y gestáltica. Actualmente se dedica a la Terapia energética en consultas individuales, que integran estas tres disciplinas. Imparte clases de astrología y bioenergética. Realiza consultas astrológicas. También es tutora en la Escuela Casa XI a distancia. Guada además pinta y hace música; mundos sensibles que nutren las consultas desde la vibración con colores, metáforas y sonidos.

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